A ti que haz olvidado tu camino y lo sabes, pero estas tan perdida en el laberinto de la vida que no te das cuenta de que hay un GPS en tu corazón. Olvidaste que eres la magia que crea la belleza, la energía divina y el amor incondicional; te haz concentrado en sobrevivir el...

A ti que haz olvidado tu camino y lo sabes, pero estas tan perdida en el laberinto de la vida que no te das cuenta de que hay un GPS en tu corazón. Olvidaste que eres la magia que crea la belleza, la energía divina y el amor incondicional; te haz concentrado en sobrevivir el día a día, crees que tu esencia te hace débil o un blanco fácil para ser herida. Te proteges tan bien en tu coraza de mujer capaz y autosuficiente, que dejas de lado o para otro momento lo que sientes. No te confundas, no soy una de esas tantas que te señala con un dedo mientras otros tres le apuntan a si misma; porque yo soy exactamente como tú, por eso lo entiendo. Me he cansado de buscar en la aceptación, la lealtad o la gratitud de otros, aquello que no había hallado en mí misma. Voy a confesarte algo: no es tan difícil como parece. Sé que te suena a cliché, pero un día después de no sentirte suficiente, de dar sin recibir, de amar y esperar ser amada, vas a mirar al rededor y descubrirás que ese nunca ha sido el motivo de tu existencia. Tu propósito es mucho mayor que eso, seguramente dudas porque no concibes que nada sea superior al amor, pero así es. Lo que eres es mucho más bello, ya que eres la creación misma. Obsérvate con el corazón, si eres ama de casa, ejecutiva o doctora, ve más allá de tus actividades diarias, descubre en ellas tu capacidad de creación. Mientras la energía masculina que también habita en ti te obliga a luchar, a pelear, a gritar, odiar y mal decir, a tratar de encajar en un mundo en el que lo femenino ha sido relegado, tú también te haz relegado. Insisto que mis palabras podrían confundirse, es porque incluso pensar en lo femenino ha sido masculinizado, sexualizado, capitalizado y monopolizado.
Con Amor,
Luz